De una mirada pesimista

                     I
Qué traes en los ojos
en los ojos del hambre
solo llantos rojos
solo pupilas de sangre.

Los jazmines son muertos de oro
tus luceros trágicos fanales
y los algodones de tus párpados solo
las vendas de siempre llorar cristales.

                      II
Qué destino sueñas que no te tenga
qué luz que no te abrace
qué noche que no te duerma
qué vida sueñas suficiente
qué desnudez te cubre perpetua
qué agonía respirar esa niebla
no ver nunca el aliento naciente
diluído imperceptible en ella.