Galaxias

Miro en mi calle a las polillas
en las noches de oscuridad henchida,
observo sus abrazos constantes
al calor amante
de las farolas
y sus bombillas.

Cada farol encendido
es una galaxia pequeña
de un universo restringido,
en el centro, su fulgente estrella
y alrededor de su brillo
girando mil planetas.

Y escudriño cada pertinaz estela
que se asemeja a la del hombre mismo, 
redundante condena
hacia la inoslayable cruz,
triste destino
dar vueltas y vueltas
hasta que se apague la luz.