Los que no duermen

Las fronteras de los sueños,
puertas del claroscuro,
confunden en sus quicios
al epílogo del despierto
y al prólogo del dormido.
¡Váyanse de este mundo!
¡Escriban sus testamentos!
que otra noche yo no muero
soy eterno moribundo,
errante entre los vivos
firmaré mi testamento
en él siempre suplico
la rúbrica de Morfeo.