Mi alcazaba

A modo de CoRoNa, mi alcazaba,
reina mimada del valle y sus montes,
ha robado un pellizco al horizonte,
lo tiene escondido entre sus murallas.

Vigilan su portón dos atalayas,
tan encumbradas que al cielo le hieren,
tan apartadas que sus ecos mueren,
cual memoria de paloma exiliada.

Sueñan en su pétreo escudo dos soles,
y  junto a ellos dos manos abrigadas,
nunca vistieron armas sus blasones

Su puerta nunca estuvo encadenada,
enmohecidos duermen sus eslabones,
pues no hubo motivo para levarla.