Juicio final

Cae el cabello de nuestra primavera,
envenenado muere por el tiempo,
por muerto doy del sol a sus arqueros
no sonrojan sus flechas esta tierra.

Se fue el verano y sus sombras pequeñas,
caminaron juntos amor y fuego,
el distante azul del final del cielo
y el calmo horizonte de las Nereidas.

Desligo de mis huesos mi fantasma,
han mudado cien siembras su plumaje,
alternado he la concordia y la espada,

que en juicio firme saldos me demanden,
a Satán prenda adeudo, al cielo nada,
sin dios mi alma, no la pretenda nadie.