Tiempo de libélulas

Ofrenda de guía entre los ramajes,
una promesa de agua en los caminos,
bitácoras traviesas sin destino,
nenúfares que ha levantado el aire.

Fruncidas trayectorias petulantes,
herradas de jolgorio y de zafiros,
a un silbo libertario alejandrino,
de un viento duradero y sin pesares.

Dos hadas del charco en vuelo tejidas,
sin lindes, gozan, de sus heredades,
sin fronteras que dicten las inquinas.

Sutiles son las sombras del alambre,
sus retoños, etéreos, las espinas,
son prosperidad de las soledades.